Técnicas para ver el Aura

No son muchas las personas que pueden ver el aura, y esto hace pensar que se trata de un don muy espe­cial o de un poder paranormal. La realidad dice otra cosa. Todo el mundo es capaz de ver este cam­po de fuerza vital que se desprende del cuerpo fí­sico, de la materia viva. Incluso es posible foto­grafiar sus colores, que se extienden en torno de la figura como un halo, una suerte de arco iris multicolor, firme y deli­cado que nos envuelve, desde dos o tres centíme­tros de la piel, hasta -en casos extremos- expandirse por varios metros. Al parecer, mientras más pura sea la vida de al­guien, más fuerte y noto­ria es su aura.

El aura se manifiesta distinta en animales, humanos y minerales, por lo que es imposible confundirse.

¿Cómo verla? No se necesita ser un superdotado. Haga lo si­guiente: dígale a algún amigo que se ponga de pie a unos dos o tres me­tros de usted, preferente­mente contra una pared oscura. Usted siéntese frente a él o ella. Póngase cómodo. No es necesaria ninguna meditación ni relajarse extraordinariamen­te, ya que no se trata de un ejercicio esotérico, si­no de un ejercicio físico.

Pasee los ojos por la pared hasta fijarlos en un punto de la cabeza de la persona que está frente a usted. Mírelo sin forzar la mirada, y trate de desenfocarla. Si quiere, puede conversar, siempre y cuando sea de temas in­trascendentes. Una charla interesante le hará fijar la atención en el sentido del oído y no en el de la vis­ta. Si se cansa de mirar un solo punto, pasee los ojos por la silueta de quien hace de sujeto de la experiencia. Pronto, co­mo a los 10 minutos, ve­rá algunas delgadas líne­as de color que “dibujan” esa silueta.

Luego se acostumbra­rá a “descubrir” esos puntitos y líneas de co­lor. Se dará cuenta de que vibran y se adaptan a los movimientos de la otra persona. Con los dí­as verá que hay zonas más claras que otras. Allí donde haya habido, por ejemplo,  una fractura, se­rán oscuras. Si un órgano está enfermo, se presen­tarán zonas purpúreas o rojo lacre. Observará que el color cambia con los estados de ánimo y los niveles emocionales. Es hora de experimentar consigo mismo.